La decisión de TXU se hizo pública sólo quince minutos antes del inicio de la Junta Extaordinaria de Accionistas que debe decidir, por segunda vez en un mes, si modifica los estatutos de Hidrocantábrico, después de que el pasado 25 de abril Unión Fenosa no lograra su objetivo por el rechazo de Caja Asturias, titular del 10%, y de TXU, que entonces poseía el 5%.

Ahora, el grupo energético norteamericano declara poseer el 14% de Hidrocantábrico, por lo que su decisión supone de hecho el desbloqueo de los planes de Fenosa y deja al Gobierno asturiano y Caja Asturias en una situación débil ara mantener su oposición a los planes de Fenosa de integrar Hidrocantábrico.

El presidente para Europa de TXU, Phil Turberville, declaró tras hacer pública la decisión de su compañía que ésta siempre ha mantenido un triple objetivo en la eléctrica asturiana: mantener la identidad regional de Hidrocantábrico, conseguir un alto crecimiento y asegurar su identidad frente a las demás compañías eléctricas españolas.

Turberville añadió que su OPA sobre Cantábrico, lanzada el pasado 13 de marzo y que fe contestada con la contraOPA de Unión Fenosa, cumplía los tres objetivos, pero añadió que en la actual situación oponerse a un cambio de estatutos que permita a un accionista controlar políticamente más del 51% "no favorecería los intereses" de la eléctrica asturiana.

La propuesta de Unión Fenosa cuenta además con el apoyo de singulares accionistas de Hidrocantábrico, como La Caixa, titular de un 11,6%; el Banco Sabadell, que tiene en torno al 3%; el Grupo Masaveu, que posee el 5%, y la familia Carceler, que ostenta un 3%.

A este grupo se unió hace unas semanas el Banco Santander Central Hispano (BSCH), accionista de referencia de la propia Unión Fenosa y que dice tener un 3% del capital de Hidrocantábrico.