Hernández Ros declaró que e PSOE "no debe ser objeto de banderías" y ha de afrontar una "renovación ética y estética, tendente a eliminar los malos usos, las prácticas viciadas, que se han posado y sedimentado sobre el suelo firme y centenario de nuestra organización, hasta hacerla a veces irreconocible".

En relación al congreso regional del PSOE, Hernández Ros señaló que una buena propuesta para conseguir una lista de consenso sería que la encabezara la presidenta de la comunidad autónoma, María Antonia Martínez, e insistió enque no regresa para apoyar sólo a un sector concreto de los socialistas murcianos.

Hernández Ros dijo que hará todo lo posible para que el congreso regional llegue a una lista única y añadió que "tampoco consideraría una tragedia ni una contrariedad el que se presenten varias listas y compitan entre sí, ya que supondría un enriquecimiento de nuestro debate ideológico y de nuestra democracia interna".

El ex presidente autonómico manifestó que está dispuesto a hacer "cuantos esfuerzos sean necesaris para que el debate de clarificación ideológica sea llevado a cabo con el menor dramatismo y la menor tensión en las confrontaciones personales". "Estaré siempre en contra de la personalización, uno de los malos usos que han crecido entre nosotros a lo largo de los años, y contra su concepción va el proyecto de renovación".

Por último, Hernández Ros criticó la postura del PSOE ante la huelga general del 27 de enero y afirmó que "en otros tiempos los socialistas habrían estado más procupados por la moilización que viene".

Andrés Hernández Ros dimitió como presidente de la comunidad murciana el 9 de marzo de 1984. La dimisión de su consejero de Hacienda y la intención de hacerlo de otros tres consejeros desató una crisis en el Consejo del Gobierno murciano.

Hernández Ros solicitó entonces la reunión del Comité Regional para obtener un voto de confianza de sus miembros, pero se supo que el secretario de finanzas del partido ofreció medio millón de pesetas a dos periodistas para que no interfirisen mientras se remodelaba el partido, lo que contribuyó a la dimisión de Hernández Ros.