HENDAYA SE CONVIERTE EN UNA VIA DE ENTRADA A ESPAÑA DE INMIGRANTES ILEGALES RUMANOS Y CHINOS, SEGUN EL DIARIO FRANCES "LIBERATION"

MADRID
SERVIMEDIA

El puesto fronterizo de Hendaya (Francia) se ha convertido desde 1991 en una vía de entrada en España para nmersos inmigrantes rumanos y chinos que buscan en nuestro país un trabajo, según una información difundida por el diario "Liberation", que señala que desde ese año, la policía gala ha interceptado un total de 143 rumanos y 216 chinos en ese punto de la frontera franco-española.

Según esa información, los inmigrantes ilegales llegan a Hendaya en un tren francés del que posteriormente hacen transbordo a otro español que discurre entre esa localidad gala y San Sebastián.

Sin embargo, la policía espaola efectúa regularmente controles de identidad en Irún, donde consiguen localizar a los inmigrantes ilegales, que son devueltos a Francia. Allí, la policía los repatría a su país tras algunos días de retención.

Según el procurador de la República en Bayona, Pierre Nahon, generalmente la policía se encuentra con gente desprovista de documentación, especialmente en el caso de los chinos, a los que sus representaciones consulares no los reconocen nunca, con lo que la repatriación es imposible. Entonces,al término del periodo de retención son liberados.

Los inmigrantes, "pseudo-solicitantes de asilo con motivaciones estrictamente económicas", suelen ser jóvenes y su número es mayor en verano porque buscan trabajos temporales accesibles en los países del sur de Europa. Algunos, incluso, confesaron dirigirse el año pasado a España con la perspectiva de encontrar trabajos en la Expo de Sevilla.

Un gran número de esos inmigrantes clandestinos se "nutren" de rumores y la razón por la que tantos se diigen al sur de Europa es porque España, primero, y Portugal, después, procedieron a la regularización de los inmigrantes ilegales, noticia que se expandió como la pólvora y que se amplificó, aunque hoy no tiene ninguna razón de ser, según el procurador de Bayona.

Para los rumanos, el éxodo comienza a menudo con una excursión turística a Hugría o a Polonia, donde enseguida se las arreglan para atravesar la frontera este de Alemania, lo que a menudo hacen con la ayuda de un pasador, según la informaciónrecogida por los policías franceses.

Los chinos, por su parte, suelen ser jóvenes empleados en el sector de la marroquinería o de la restauración, que atraviesan Mongolia y la antigua Unión Soviética, donde algunos tratan de obtener legalmente o comprar los visados. Enseguida, se reagrupan en Checoslovaquia y pasan a Alemania, donde piden asilo político.

Tras unos meses, se desplazan trabajando de país en país hasta que llegan a la frontera francesa donde, según el diario galo, algunos utilizan alos pasadores españoles "claramente identificados por una policía francesa impotente", mientras que otros contratan a los taxistas de Hendaya, que actúan de pasadores ocasionales.

El ministro francés de Asuntos Europeos, Alain Lamassoure, declaró recientemente que "en la frontera, interceptamos más rumanos que marroquíes".

(SERVIMEDIA)
03 Ago 1993
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