El accidente provocó que el único tripulante del aparato, el alemán Roldand Brunher, sufriera heridas de diversa consideración, por lo que permanece ingresado en observación en el hospital almeriense Torrecárdenas.

El difícil acceso a la zona donde se precipitó el helicóptero motivó que los equipos de rescate se dirigieran a pie a socorrer al piloto, por lo que su traslado hasta el centro sanitario dur varias horas.

Un pastor fue quien inicialmente se percató de la caída del aparato cuando se encontraba a la altura de la conocida como isla Filabres y lo comunicó a las Fuerzas de Seguridad del Estado. En el momento del siniestro, el helicóptero se dirigía desde Fuengirola (Málaga) a la localidad valenciana de Manilva.