En rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Piqué señaló que "lo único que puede cambiar el panorama político" en el País Vasco es que "se haga u pronunciamiento claro de abandono de la violencia, de respeto de las reglas del Estado de Derecho, de respeto de las reglas democráticas y de condena de todo tipo de violencia y aceptación de las vías políticas".

Para el Gobierno, la coalición abertzale tiene que condenar explícitamente la violencia, ya que "cualquier otro cambio, que además se produce en vísperas electorales, no merece el menor crédito".

Piqué afirmó con rotundidad que no hay en estos momentos "ningún elemento para pensar que eista ningún tipo de tregua entendida en sentido serio" por parte de ETA, y que la ausencia de atentados responde a "un comportamiento táctico que suele ser relativamente habitual cada vez que se produce una convocatoria electoral en el País Vasco".

En caso de que la banda terrorista quisiera plantear una tregua, según el portavoz gubernamental, "no tendrá ningún crédito si se trata de treguas de periodos cortos, sin una clara y decidida voluntad de abandonar la violencia".

"Si algún día eso se plnteara (una tregua), desde luego hay que hacerlo con toda la rotundidad necesaria como para que tenga un mínimo de credibilidad", indicó.

Piqué insistió que el Ejecutivo no va a modificar "ni un milimetro" su política antiterrorista y "no lo va a hacer en función de cambios de denominación que constituyen una pura operación de maquillaje".