Munilla, uno de los cuatro bomberos que participó en la primera incursión al edificio tras el incendio del pasado fin de semana, confirmó a los medios de comunicación que "existe un riesgo altísimo de que se produzcan nuevos desprendimientos", sobre todo a partir de la planta técnica (17), tanto en el interior del edificio como hacia el exterior.

Esta planta 17 centra todos los riesgos por la "sobreacumulación de escombros" en sus cuatro esquinas, lo que lleva a mantener acordonado todo el perímetro del edificio para garantizar la seguridad en la zona ante los posibles desprendimientos.

La zona mantendrá este perímetro de seguridad porque, según Munilla, mientras haya "riesgo de desprendimientos" existe un "cierto grado de peligro".

En la primera incursión al inmueble los bomberos accedieron por la escalera principal, que "no tenía grandes riesgos", pero sí encontraron problemas en los accesos a las plantas del edificio, sintiendo en algunos pisos "un riesgo alto".

Las plantas del edificio Windsor presentaban "restos de un incendio importantísimo", pero a partir de ciertas plantas, concretó Munilla, era un "caos absoluto de escombros".

Entre las plantas 22 y 28 la situación cambiaba considerablemente y el jefe de servicios de extinción del cuerpo de Bomberos de Madrid la describió como "balcones a Madrid", puesto que tan sólo resistió al incendio la estructura del núcleo central que aún se mantiene en pie.

Una vez finalice la incursión al edifico de los tres grupos de trabajo: policía científica, policía judicial y técnicos de control de estructuras del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, se reunirán con el concejal de Seguridad y Servicios a la Comunidad del Ayuntamiento de Madrid, Pedro Calvo, y la Comisión de Seguimiento del Windsor para analizar toda la documentación recogida y continuar con la investigación.