Realizado entre el 26 de enero y el 23 de febrero, el estudio revela que el 51% de las familias tienen la intención de volver a sus hogares, y el 93% de ellas planean regresar a casa en un espacio de tres a doce meses.

La investigación preguntó a un total de 4.800 unidades familiares –más de 29.000 personas-- en 514 asentamientos de desplazados en el noroeste de Siria.

A partir de enero, más de 3,4 millones de desplazados se encontraban en el noroeste de Siria, incluidos 1,95 millones en 1.500 campamentos y otros asentamientos en las gobernaciones de Idlib y Alepo.

El deseo de retornar es particularmente fuerte entre las personas desplazadas en Idlib, donde dos de cada tres hogares dijeron que querían volver a casa.

Las zonas en las antiguas líneas del frente en las gobernaciones de Idlib y Alepo son los destinos principales para el regreso, especialmente los distritos de Al Ma’ra y Jebel Samaan.

Según Acnur, la población en las áreas de Ma’arat An Nu’man y Kafr Nobol (Idlib) podría pasar de 3.000 a 130.000 habitantes.

En total, 23 distritos pueden duplicar su población, lo que aumentaría la presión sobre los servicios e infraestructuras ya sobrecargados.

Entre los obstáculos al retorno indicados por los refugiados, destacan la falta de ayuda humanitaria, de oportunidades de empleo y medios de vida, y de acceso a servicios básicos.

Casi 14 años después de que comenzara la crisis, “Siria está en una encrucijada” y necesita urgentemente apoyo para la reconstrucción, indicó Acnur.

Los años de conflicto han devastado la economía y la infraestructura, prosiguió, y el 90% de la población dependiente de la ayuda.

Ahora hay esperanza y una oportunidad histórica. Por eso, Acnur hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que se comprometa firmemente a apoyar a la población siria, con ayuda esencial a los retornados e inversiones en la recuperación temprana.