El estudio acaba de serpublicado en "Nature Neuroscience", y de él se hace eco, además, el último número del semanario "The Economist". Los autores son Sara Mednick y otros expertos de la universidad de Harvard.

La investigación permitió comprobar, con 30 estudiantes que se prestaron voluntarios al experimento, de qué manera afecta a la percepción visual el echar o no una siesta, para lo cual se realizaron cuatro test en un mismo día, a las 9 de la mañana, a las 12 del mediodía, a las 5 de la tarde y a las siete de la tarde

El mejor resultado se producía inviariablemente en la prueba matutina, y al llegar a la última cada estudiante necesitaba, en promedio, un 52% más de tiempo para hacer el test, consistente en identificar un barra horizontal o vertical sobre un fondo de rayas, mirando a la pantalla de un ordenador durante una hora.

A diez voluntarios se les dio la oportunidad de echar una cabezada de media hora entre las dos y las dos y media de la tarde, sin lograr ninguna mejoría en las pruebas posteriores. Per a otro grupo de diez se le permitió echarse una siesta de una hora y el resultado fue que su rendimiento vespertino fue prácticamente tan bueno como el de las nueve de la mañana.

Los investigadores comprobaron fehacientemente que la mejoría en el rendimiento se debía a la siesta, y no a una cuestión de motivación. Para ello, ofrecieron a los estudiantes un premio de 25 dólares por cabeza si podían obtener por la tarde los mismos resultados que por la mañana sin echar la siesta. Ninguno lo consiguió. El resultado de este experimento parece una prueba más de que la especie humana, como otros mamíferos que han evolucionado en climas tropicales, se adapta con dificultad a desarrollar esfuerzos en las horas del mediodía y rinde más tanto por la mañana como a últimas horas de la tarde.

"The Economist" comenta que "la ética del trabajo protestante que lleva a los que ahora viven en climas más fríos a trabajar durante todo el día puede ser contraproducente. Por lo menos, eso es lo que usted debería dcirle a su jefe cuando le pida que le instale un sofá en su oficina".