Una vez allí, y tras producirse un altercado entre ambos, el polaco T.K. apuñaló a K.M., provocándole la muerte. El homicida cogió un coche prestado de un amigo, introdujo el cadáver en el maletero y lo trasladó hasta el basurero con el fin de enterrarlo.

Los hechos fueron descubiertospor un vecino del inmueble, que advirtió la presencia de varias manchas de sangre en la escalera y alertó a las autoridades. Una vez detenido por la Guardia Civil, el polaco T.K. no tardó en confesarse autor del crimen.

También fueron detenidos varios inmigrantes polacos que compartían la vivienda y trabajaban en las tierras del valle de Jerte junto a la víctima y el asesino, y que fueron acusados de encubridores del homicidio.