La víctima, de unos 20 años, presentaba múltiples heridas por arma blanca en distintas partes del cuerpo, según informó la Jefatura Superior de Policía.

Fue el vigilante de una fábrica situada en la zona quien descubrió el cadáver, que estaba semioclto bajo unas sillas desechadas y recostado en la tapia que rodea la factoría.

Según todos los indicios, el cuerpo fue trasladado hasta ese lugar una vez cometido el homicidio, ya que se apreciaban rastros de sangre desde la entrada de las instalaciones. El informe forense demuestra que la muerte se produjo varias horas antes del hallazgo.

Funcionarios del Grupo de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial se han hecho cargo de las investigaciones, tanto para tratar de identificar al fallecidocomo para intentar detener al autor o autores del crimen.