El pasado mes de marzo, Garzón ordenó la prisión de 15 miembros de Haika en la operación policial denominada "Sugekumea" (nido de serpiente). En su auto, el juez argumentó que la organización juvenil Haika "mantiene una relación de dependencia y subordinación a ETA" y "responde plenamente al concepto de terrorista" puesto qu sus actividades, denominadas "kale borroka" o "lucha callejera" "integran el grupo de actividades criminales de ETA".

Al día siguiente, Haika organizó una rueda de prensa en San Sebastián, en la que un portavoz Asier Tapia Zulaika defendió a sus 15 compañeros y advirtió de que esta operación "no les va a salir gratis".

Garzón imputó a Tapia Zulaika los delitos de inducción a la quema de autobuses, amenazas terroristas y pertenencia a banda armada.

Esta misma semana, el juez de la Audiencia acional ordenó la prisión incondicional por un presunto delito de pertenencia a banda armada para Amaya Arrieta, miembro de Haika, después de que compareciera voluntariamente ante el despacho del magistrado.

Amaya Arrieta disponía de una agenda, según fuentes jurídicas, con detalles sobre captaciones para ETA y diversas citas. Esta miembro de Haika abrió también una cuenta corriente para recaudar fondos para Jarrai.