La mayo parte del dinero correspondió al Impuesto Especial de Hidrocarburos, por el que el Fisco ingresó 613.047 millones, un 15,1 por cien más que en el periodo enero-julio de 1991, y el resto, 77.792 millones, fue la tributación obtenida con el IVA de las gasolinas y gasóleos, con un aumento del 23,7 por cien.

El aumento de la recaudación es paralelo a la paulatina subida de los precios de los combustibles en España, ya que los consumos siguen descendiendo, como reflejan las cifras oficiales relativas a lo cuatro primeros meses de 1992.

Entre enero y abril, según Economía, los españoles consumieron un 5,8 por cien menos de combustibles que en el mismo periodo de 1991, debido fundamentalmente a la caída de ventas de los gasóleos (-8,9 por cien), sobre todo los de calefacción, y de fuelóleo, que descendieron un 16,7 por cien. Las ventas de gasolinas crecieron un 3,4 por cien.

Esta dinámica refleja también la recesión del consumo en España respecto al resto de la CE, ya que en el conjunto de los "doc", las ventas de derivados del crudo crecieron un 2,8 por cien y las importaciones de petróleo un 2,3.

Tampoco el aumento de precios del mercado de crudo justifica la mayor recaudación de Hacienda, porque las importaciones realizadas hasta julio alcanzaron un valor medio inferior en un 11,3 por cien al de los mismos meses del año pasado.

Además, el buen comportamiento del precio del barril permitió rebajar un 3,5 por cien el déficit de la balanza energética, que alcanzó en julio los 445.786 milloes de pesetas, de los que el 86,6 por cien se deben a las compras de crudo. España es importadora neta.