Esa recaudación fue un 41,2 por ciento mayor que la obtenida por el Fisco en el mismo periodo del año pasado (cuando ingresó por el mismo concepto 492.396 millones d pesetas), a pesar de que es un tributo que grava el consumo y que el gasto de combustibles realizado por los españoles hasta agosto cayó un 1,2 por cien.

Las explicaciones del ministerio señalan que el espectacular incremento de la recaudación fiscal por ventas de productos petrolíferos responde al incremento de 5 pesetas en los precios decretada por el Gobierno a primeros de 1991, para compensar la supresión de la Renta del Monopolio que cobraba Hacienda hasta 1990.

Sin embargo, otros expertos el sector consultados aseguran que "el efecto fiscal de la subida de cinco pesetas tendría que haberse amortiguado por los precios más bajos a los que se está comprando este año el crudo, sobre todo después de la relativa normalidad que llevó a los mercados el final de la Guerra en el Golfo".

Una de las razones que podrían explicar parte del incremento en la recaudación es la subida de 60 céntimos registrada en los precios de los crudos producidos por países de la OPEP, debida a la incertidumbre generda en los primeros días que siguieron al golpe de Estado en la URSS, principal productor mundial.

Entre enero y agosto de este año, las ventas interiores de gasolinas se mantuvieron en niveles similares a los del año pasado. Los gasóleos cayeron un 1,7 por cien, si bien bubo un aumento de siete puntos en la modalidad C, de uso en calefacciones.

La mayor parte de la recaudación por derivados del petróleo de enero a agosto proviene del llamado Impuesto Especial sobre los Carburantes, que ascendió a622.478 millones de pesetas, mientras que el IVA por ventas de productos de Campsa, que aún sostiene el monopolio distribuidor de carburantes, ascendió a 72.687 millones.

Sólo en agosto, uno de los meses de más consumo de carburantes, al coincidir con la temporada turística alta, la recaudación del Impuesto Especial sumó 90.036 millones de pesetas, un 43,7 por ciento más, y la del IVA 9.820 millones.

Sin embargo, el coste medio del crudo importado en el mismo mes fue de 13.955 pesetas por tonelad, cuando en el mes de febrero, en plena Guerra del Golfo, alcanzó una cotización de 18.592 pesetas por tonelada, lo que debería inducir a una reducción de los ingresos fiscales.

DEFICIT ENERGETICO

Por otra parte, el saldo de la balanza energética en los ocho primeros meses del año arrojó un déficit de 512.782 millones de pesetas, un 14,4 por ciento superior al registrado en el mismo periodo de 1990. Las compras de crudos fueron responsables de un 88,5 por ciento de dicho déficit.

Sólo hasta may, las importaciones de productos petrolíferos crecieron un 20 por ciento respecto a los cinco primeros meses de 1990, mientras que las exportaciones lo hicieron con una tasa del 14 por ciento.

Los principales suministradores españoles de petróleo seguían siendo hasta el pasado verano Méjico, con un 19,2 por ciento del total, y Nigeria, con un 16,9 por ciento.