Fanjul airmó, en una reunión con empresarios del sector, organizado por el Club de la Energía, que el actual modelo impositivo sobre los carburantes ha estimulado el fraude en la comercialización de combutibles, fundamentalmente en el gasóleo "B" que es introducido en España como tal, sobre todo desde Portugal, y luego es comercializado como gasóleo tipo "A".

El hecho de que a ambos combustibles sólo les diferencie la carga fiscal que Hacienda ha impuesto sobre ellos (en el tipo "B" es de 13,6 pesetas por lito, mientras que en el tipo "A" es de 46,4) es la principal causa, a juicio de Fanjul, de que se incurra en este fraude, y de que las cifras de consumo del gasóleo bonificado hayan aumentado un 64 por cien en pocos años sin causa aparente.

Para Oscar Fanjul esta política impositiva es uno de los factores surgidos tras la liberalización del sector petrolero que el Gobierno debe atajar para evitar el evidente daño que causa a las arcas públicas y a la libre competencia entre las redes comerciales de las ompañías.

Asimismo, citó el incumplimiento de las reservas estratégicas que deben mantener por ley las compañías para evitar problemas de desabastecimiento y que "no está siendo respetado por algunas empresas", a las que no citó, pero a las que acusó de actuar de forma privilegiada, dado que "dicha exigencia legal conlleva unos costes constantes que estrechan aún más los márgenes de negocio de las operadoras petroleras en España".

En su análisis de la liberalización petrolera, Fanjul indicó tambin un cierto trato desigual respecto a otras actividades económicas de servicios que también sufren la regulación de precios en España, al indicar que los márgenes sobre materias primas que emplea hoy el sector son inferiores a los de hace diez años, por lo que el incremento de beneficios de las petroleras se está logrando exclusivamente por el incremento de la eficiencia de las empresas: "esto es difícil encontrarlo en otros sectores regulados", afirmó.

MEDIO AMBIENTE

Respecto a los retos que tiene lanteados el sector, el presidente de Repsol citó la adapatación de los procesos industriales de las compañías a las exigencias que prepara la Comisión Europea en materia de medios ambiente, y que obligará a realizar unas inversiones, según dijo, superiores a los 90.000 millones de pesetas en los próximos años.

Señaló que en el refino, para el que cifró unas necesidades globales de inversión de 250.000 millones de pesetas, el desembolso en medio ambiente absorberá unos 35.000 millones, y otros tantos n actividades de "marketing", mientras que las logística y la distribución necesitarán una aportación de recursos, para el conjunto del sector, de unos 7.000 millones de pesetas.

Respecto al floreciente sector del gas, Fanjul medió tímidamente entre la polémica del sector y las eléctricas, por el precio al que deben recibir este últimas los suministros, al señalar que la tendencia internacional es que el coste de la termia sea cada vez más independiente del que registre el crudo en los mercados interncionales.

Este criterio es justo el contrario del que defienden los empresarios eléctricos en las negociacioens abiertas bajo la mediación del Ministerio de Industria, y que exigen un precio equivalente al de otras materias primas alternativas más baratas con las que también pueden producir luz, y que suponen un ahorro de unos 10.000 millones respecto al gas.