Guerra dijo que "la saciabilidad del seño Aznar y su equipo no tiene final. Buscan un entramado político que impida que la soberanía popular decida de fondo. Busca un sistema en el que la apariencia es limpia, pero el fondo no". Añadió que el PP no se detendría ni con la "destrucción política y personal de Felipe González" porque tienen una actitud de "killer".

El dirigente socialista se mostró convencido de que, a partir de 1989, el PP puso en marcha una estrategia de "balcanización" política mediante el uso de los tribunales para la contieda partidaria.

A ese respecto, dijo que tiene "la impresión de que los ciudadanos aún no han podido captar la gravedad de la situación". Agregó que "tenemos un gobierno de un partido conservador que tiene legitimidad de origen. Desde que adquiere esa legitimidad está perdiendo toda legitimidad de actuación. Mi opinión es que el Gobierno del señor Aznar está actuando como si tuviera los procedimientos legales de un estado de excepción".

A su juicio, "Aznar ha decidido que la única forma de consoliar su ausencia de liderazgo personal es militarizar la política, para destruir a su adversario, que para él es su enemigo (...). El Gobierno está legislando contra personas y contra grupos. Lo que se está haciendo no es democracia, es autoritarismo puro".

Por lo que se refiere a las acusaciones de Felipe Gonzalez contra el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Alvarez Cascos, en el sentido de que éste conspiró con José Amedo para implicarle en el GAL, Guerra dijo que "estas declaraciones no etán dichas sin fundamentos".

"Se sabe -hay personas que tienen las pruebas- que Cascos mantuvo determinadas relaciones con los que estaban organizando todo este tipo de declaraciones y contradeclaraciones del señor Amedo y Domínguez. Las personas que tienen las pruebas materiales de esas relaciones lo involucran de una manera directísima en la estrategia llevada para las acusaciones relacionadas con los actos de contraterrorismo".

Guerra reiteró su convencimiento de que Aznar es rehén de "poderesocultos", entre los que apuntó a los empresarios, a la Conferencia Episcopal y, en referencia al Opus Dei, "a alguna secta".

En su opinión, "aquí lo que hay es una imbricación económica, quizá religiosa y con algunos intereses mediáticos, que tienen en juego la reducción de la soberanía política en la nación", ya que "Aznar es un mandado de la derecha de verdad. En todos sus viajes aparece Cuevas detrás. Es que el señor Aznar debe mucho al presidente de la CEOE. Cuevas fue el que decidió que él fuesela Comunidad de Castilla y León. En el relevo generacional del PP, también Cuevas fue el que decidió".

Sobre el próximo Congreso Federal del PSOE, dijo que no le importa si será reelegido como 'número dos' del partido y que el principal reto que deben acometer es "reconstruir un proyecto que lo convierta (al Partido Socialista) en una alternativa inmediata de gobierno de la nación".