Guerra se declaró convencido, en una entrevista realizada en Antena 3, de que el PP no pretende en realidad la celebración del referéndum, sino más bien "una agitación política, que es legítimo que lo hagan, pero que sólo sirve para la melancolía, y creo que el PP no está justamente en una posición para dedicarse a lo melancólico, sino a otras cosas".

Igualmente, reprochó al PP que se niegue a reconocer que el Estatuto de Cataluña se ha reformado durante su paso por el Congreso, y consideró que manteniendo esa posición pierden "la razón" que pudieran tener.

A su juicio, el texto se ha modificado "de manera sustancial" desde que llegó al Congreso, para tratar de conjugar la pretensión de "tener mayores competencias, que me parece legítima", y la de intentar que "el Estado no tenga competencias en tal o cual territorio, que no me parece legítima".

Reconoció que el acuerdo en la Comisión Constitucional era "muy difícil", porque "no había ánimo" y existía "algún partido que no lo quería y algún otro que no tenía ganas". "En la comisión se le quitó al Estatuto lo que no era constitucional y era un poco disparatado; es un texto que ha modificado de una manera muy seria el proyecto inicial", concluyó.

Sobre el Estatuto andaluz y la definición que se hace de esa comunidad como "realidad nacional", Guerra dijo que no considera que Andalucía sea una nación. "Yo no lo creo,y no lo cree nadie en Andalucía, nadie más que los políticos", indicó.

A su juicio, "ese debate no existe en Andalucía. Los andaluces son los más universales que se puede encontrar, han aceptado todas las invasiones culturales de la historia".

ETA: "HABLAR POCO Y HACER MUCHO"

En cuando al incipiente proceso de paz en el País Vasco, se manifestó partidario de "una receta inexorable: hablar poco y hacer mucho".Apostó por que los que no participan directamente en el proceso intervengan los menos posible y reconoció que en esta ocasión "se han caminado trechos más largos que en otras ocasiones" para alcanzar la paz.

Alfonso Guerra hizo también balance de los dos años de gobierno socialista y dijo que son "positivos", con sus "luces y sombras". Recalcó que sólo con la decisión de retirar las tropas de Iraq Zapatero recuperó, "en un solo acto, la dignidad de la sociedad española agraviada, se liberó del sometimiento a la administración Bush y él, que era un desconocido, se hizo conocido mundialmente".

El veterano dirigente socialista explicó que está escribiendo el segundo tomo de sus memorias, "Dejando atrás los vientos", en las que sostiene que para borrar la huella de una dictadura han de pasar cien años.

Además, Guerra opinó sobre algunos personajes políticos, como Miguel Boyer, del que dijo que "hubiera sido un gran presidente de un partido conservador" y puntualizó que una de las cosas "terribles" del franquismo es que aquel que no era "demócrata, inmediatamente era de izquierdas, y no era así". Respecto a José Bono, afirmó que "más bien tenía que haber sido un dignatario de la Iglesia".

Sobre su vida personal, el que fuera vicepresidente del Gobierno y vicesecretario general del PSOE aseguró ser "un tipo muy raro; soy un padrazo y lo más importante que he hecho en la vida es tener dos hijos y después, si acaso, mi contribución a la Constitución española".