Loira realizó estas declaraciones tras la conclusión de la reunón que mantuvo durante seis horas con una representación de las cofradías del cantábrico, que finalizó sin acuerdo entre ambas partes.

Según el secretario general de Pesca, aunque todavía es pronto para determinar el alcance real del bloqueo, "hay temas que se pueden convertir en temas de orden público".

Sin embargo, los boniteros persistieron en su intención de iniciar esta misma noche el desplazamiento de barcos hacia los puertos objetivo de la medida de presión. Aunque no anunciaron cuáles sern, todo parece indicar que los de Bilbao, Santander y Gijón estarán entre los elegidos.

La intención de los pescadores es impedir la entrada de todo tipo de servicios, tanto de mercancías como de personas, y mantener esta actitud hasta que el Gobierno atienda las reivindicaciones que han planteado.

Las cofradías exigen que se garantice que los pesqueros galos que utilicen volantas de más de 2.5 kilómetros en el área de 200 millas de uso comunitario vuelvan a puerto, al tiempo que solicitan que secierre el paso a las importanciones de bonito francés.

José Loira no aclaró, en cualquier caso, cómo responderá la Administración central si finalmente se ejecuta la acción de protesta.

Por su parte, el comisario europeo de Pesca recordó a una delegación de pescadores franceses que la legislación comunitaria prohibe la utilización de redes a la deriva para la pesca del atún con más de 2,5 kilómetros de longitud.

No obstante, el comisario manifestó que está dispuesto a proponer una moratoria e un año para que los boniteros galos puedan utilizar mallas de cinco kilómetros, que en la actualidad no están permitidas.

Sin embargo, mientras que no se apruebe la moratoria, los barcos franceses sólo podrán llevar a bordo una red que no supere los 2,5 kilómetros.