En declaraciones realizadas esta tarde en los pasillos del Congreso, Guerra aseguró que no hay "crispacón social" entre los ciudadanos pero sí "inquietud" por la polémica nacionalista suscitada a raíz de los conflictos en las repúblicas bálticas y yugoslavas.

A su juicio, esta discusión está poco relacionada con las preocupaciones reales de los españoles y son obra de "políticos y no de política, que es lo que le interesa a los ciudadanos".

Para Guerra, España cuenta con "una Constitución aprobada por la inmensa mayoría de los españoles y un Estado de las Autonomías que está siendo seguido por mucos países como un modelo a tomar en cuenta".

Por esa razón, mostró su extrañeza por la actitud de quienes piensan que "nosotros debemos tomar nuestro modelo de otros" y expresó su convencimiento de que las posiciones de los nacionalistas radicales tienen "poco arraigo".

AZNAR: ME TENDRAN ENFRENTE

A su vez, en una rueda de prensa celebrada en Barcelona, el presidente del Partido Popular, José María Aznar, afirmó que "quien quiera mejorar la estructura del Estado podrá contar conmigo", pero "quie quiera romper la unidad de España me tendrá enfrente".

"Afirmar que Cataluña es Lituania me parece un exceso. Decir que ese tipo de declaraciones puede contribuir a crear un conflicto entre los catalanes es otro exceso. Insisto en que la única vía de entendimiento tiene que estar basada en la racionalidad", señaló Aznar.

En relación al pacto autonómico, el líder del PP aseguró que su criterio es "llevar a sus últimas consecuencias el diseño autonómico formulado en la Constitución española. Hay qe exigir lealtad constitucional, tanto al Gobierno central como a las autonomías".

Por otra parte, Aznar declaró que, en su opinión, España necesita, ahora más que nunca, empezar un proceso de regeneración de la vida democrática, social, política e institucional.

"Hoy no hay proyecto político y sí un Gobierno enfrentado, incapaz de plantear el debate político en los términos necesarios. El presidente del Gobierno ha hecho grave dejación de sus funciones y ha huido de la realidad, manteniéndose enuna posición de inmovilismo y ceguera permanentes", recalcó.

Aznar afirmó asimismo que España está perdiendo la batalla europea. "No se pueden hacer declaraciones de voluntarismo, cuando el camino de España es el que lleva a la segunda velocidad europea".

Este extremo fue negado por Alfonso Guerra, quien declaró a los periodistas que el Gobierno mantiene su oposición a la Europa de dos velocidades, porque España se vería perjudicada y porque "la construcción europea no se puede hacer en ningún ámito por esa vía".