Hace un mes se aprobó una orden del director general de la Guardia Civi, Santiago López Valdivielso, señalando la obligatoriedad de utilizar el tricornio al desempeñar funciones de control y seguridad de edificios públicos y exteriores de los acuartelamientos.

Hasta ahora, y por decisión del anterior Gobierno, la popular prenda había sido relegada a los actos oficiales o festivos como galas, exhibiciones, desfiles o presentaciones.

Florencio Garrido, secretario general de la Asociación de Guardias Civiles Coproper 6-J, lamentó, en declaraciones a Servimedia, la deciión de Valdivielso, a quien transmitió en nombre de sus asociados que el tricornio "es una prenda incómoda para hacer servicio, lo que no quiere decir que deba desaparecer, sino que podría quedarse sólo para galas o para una presentación, algo que no te obligue a hacer una intervención policial".

Garrido defendió que el tricornio se mantenga, ya que es reglamentario desde la creación de la Benemérita, pero en su opinión, "para cuestiones de servicios lo que necesitamos es una prenda cómoda, que te perita en una acción policial, por ejemplo, perseguir a un delincuente sin tener que llevar una mano sujetando el tricornio".

Otro ejemplo de incomodidad se produce, según explicó, "cuando vamos en un vehículo, ya que el hecho de que el tricornio tiene tres puntas hace que te vayas dando con ellas en los cristales al hacer el giro de la cabeza".

El representante de la Asociación de Guardias Civiles defendió, por último, que la prenda que lleven los agentes "sea cual sea, se pueda ajustar bien a la cbeza", como ocurre con la llamada 'teresiana' que vienen empleando en el resto de servicios operativos y que incluye una cómoda visera en el frontal.