Según informó este miércoles el Instituto Armado, los hechos ocurrieron cuando un agente fuera de servicio que paseaba a su perro cerca del cuartel, momento en el que se percató de que una mujer pedía auxilio desesperadamente porque su bebé no respondía a ningún estímulo.

El guardia civil, junto con otros tres compañeros que se encontraban en el interior del puesto, acudieron rápidamente en auxilio de la madre y el pequeño. Uno de ellos tomó al bebé en brazos y, al comprobar que no tenía constantes vitales, comenzó inmediatamente a realizarle maniobras de reanimación cardiopulmonar.

Tras varios minutos de Reanimación Cardiopulmonar (RCP), el bebé empezó a reaccionar paulatinamente, recuperando las constantes vitales y recobrando la consciencia. Mientras tanto, los demás agentes avisaron a los servicios sanitarios y acompañaron a la familia hasta su llegada.

RÁPIDA ACTUACIÓN

Los guardias civiles se mantuvieron en contacto permanente con los servicios de emergencias, que al llegar al lugar se hicieron cargo de la situación y realizaron una valoración del estado del menor. La rápida intervención de los agentes y su conocimiento de técnicas de reanimación resultaron cruciales para salvar la vida del bebé en los primeros momentos críticos, antes de que pudiera recibir atención médica especializada.

Este suceso pone de manifiesto la importancia de la formación en primeros auxilios de los miembros de las Fuerzas de Seguridad, cuya actuación puede ser decisiva en situaciones de emergencia como la ocurrida en Corella.