Las sospechas de que el equipaje pudiera portar sustancias nocivas comenzaron cuando los perros adiestrados en la detección de estupefacientes dieron muestras de haber localizado droga.

La maleta fue depositada en la Administración de Aduanas para que fuera recogida por su propietario, pero no se presentó ninguna persona, por lo que la Guardia Civil decidió abrirla y encontró en su interior 27.80 gramos de cocaína.

Horas después, los agentes observaron un comportamiento extraño en un hombre de nacionalidad estadounidense, P.T.N., de 30 años, que procedía de Málaga. Al inspeccionar su equipaje, descubrieron 9.900 pastillas de "éxtasis" en una bolsa de conguitos y cuatro botes de spray. Su destino era Nueva York.

Finalmente, en otro servicio fue detenida una mujer colombiana que llevaba cerca de un kilo y medio de cocaína en bolsas de chupa-chups.