El propietario de la casa, M.P.G., de 41 años, tenía estas piezas arqueológicas porque, al parecer, las había encontrado uando trabajaba con una retroexcavadora.

Tras las investigaciones que desde julio venía realizando el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), M.P.G. fue localizado por la Guardia Civil, que encontró en su vivienda una columna en espiral de unos 105 centímetros de altura y 20 de diámetro y dos basas de 15 centímetros de altura con una base circular y con una serie de inscripciones ilegibles.

El detenido, que ha sido puesto a disposición judicial, declaró que tenía los objetos para decorr su vivienda y explicó que encontró la columna en un paraje próximo a la localidad de Lora del Río cuando trabajaba con una retroexcavadora. Sobre las basas, indicó que las halló bajo tierra cuando estaba trabajando en el derribo de un cortijo próximo a la esclusa del Guadalquivir a su paso por Sevilla.