El dispositivo de búsqueda se inició a las nueve de la noche de ayer, después de que una llamada anónima efectuada al diario Egin, advirtiese de la colocación de un paquete bomba enlos lavabos del parque público santiagués, que supuestamente haría explosión una hora más tarde.

Tras comprobar que el artefacto no se encontraba en dichas instalaciones, las fuerzas de seguridad continuaron el rastreo del parque durante toda la noche hasta que se comprobó que se trataba de un falsa alarma, según informó la Delegación del Gobierno en Galicia.

Pese a que oficialmente el rastreo ha finalizado ya, la Policía Nacional manteía a primeras horas de esta tarde su presencia en la zona en revisión de cualquier eventualidad.

Desde la colocación de los primeros explosivos el pasado miércoles en Santiago y Baiona, diversas instituciones gallegas han recibido numerosas llamadas advirtiendo de la colocación de artefactos, en edificios públicos e instalaciones portuarias gallegas, que finalmente resultaron ser falsas.

Otras cinco llamadas, cuatro de ellas efectuadas en nombre de la banda etarra, propiciaron la desactivación mediante explosión controlada, de otros tantos paquetes bomba e Sanxenxo, Portonovo, Baiona y Santiago de Compostela.

El delegado del Gobierno en Galicia, Juan Miguel Diz Guedes, atribuyó la colocación de los explosivos, todos ellos de características similares, a un comando itinerante de la banda armada, que estaría integrado por dos personas jóvenes.

Las mismas fuentes descartaron que este comando estuviese vinculado al desarticulado en Pontevedra el pasado día 24 de julio, que propició la incautación de un importante arsenal y numerosa documentación, en u piso franco de ETA en La Coruña.