Una cantidad similar, unos 8.000 millones, fue precisamente la deuda que heredó de la anterior administración el director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, al tomar posesión de su cargo en 1996. Para hacer frente a dicha deuda se tuvieron que pedir distintos créditos extraordinarios, según un informe oficial que recoge la Revista de la Guardia Civil.

En los último tres años, el instituto armado ha centrado la mayor parte de su gestión a la construcción de nuevos acuartelamientos o remodelación y acondicionamiento de los ya existentes, para lo cual ha fomentado la política de convenios con comunidades autónomas y municipios para que colaboraran en la realización de los proyectos.

A la cantidad antes citada se suman un total de 939.051.618 pesetas que se han gastado en la realización de pequeñas obras, sobre todo de acondicionamiento de casas-cuartel.

Durane 1998, la Guardia Civil presupuestó casi 2.700 millones para obras de construcción de cuarteles o grandes reparaciones, siendo la Comunidad de Andalucía en donde más dinero se invirtió. Asimismo, se destinaron 1.442 millones para obras cuyo coste no superó los cinco millones, referidas a arrendamientos y reparaciones de edificios, otros suministros y tributos locales, así como gastos jurídicos y contenciosos.

En relación a los convenios suscritos, entre comunidades autónomas, diputaciones provinciale y ayuntamientos se han formalizado 23 convenios de colaboración, que han aportado unos recursos de 632.649.261 pesetas, complementarios a los aprobados en los Presupuestos Generales del Estado para acuartelamientos.

En la actualidad, la infraestructura de la Guardia Civil suma un total de 4,5 millones de metros cuadrados de superficie, repartidos en más de 2.300 acuartelamientos y cerca de 36.000 pabellones.