El hallazgo se produjo cuando efectivos del puesto de gardia de Cabo de Gata observaron un extraño montón de arena entre unos matorrales, que les infundió sospechas.

Los agentes de la Benemérita, con la ayuda de perros adiestrados en detección de droga, localizaron seis fardos, que contenían 218 kilos de resina de hachís y que estaban enterrados en la arena y cubiertos con ramas secas.

Según fuentes policiales, los 218 kilos de resina de hachís podrían haber alcanzado un valor de 600 millones de pesetas en el mercado negro, constituyendo hasta el momnto el mayor alijo de hachís aprehendido este año en Almería.