La creciente dificultad de utilizar otras vías, debido al control realizado sobre los métodos de transporte habituales, ha obligado a los traficantes a buscar nuevos métodos de contrabando.

La operación "Medrano", la primera realizada por la Guardia Civil de estas caraterísticas, se inició el pasado mes de agosto como consecuencia del aumento de control de los aeropuertos e instalaciones aeroportuarias de pequeñas dimensiones extendidas en toda geografía española.

Las investigaciones practicadas hicieron sospechar de los continuos desplazamientos que realizaba la avioneta que utilizaban los narcotraficantes -cuatro de los cuales han sido detenidos-, entre Tarragona y Marruecos, utilizando como estaciones intermedias las de Tomelloso (Ciudad Real) y Cádiz.

Trasrealizar un registro en dos hangares de un aeródromo de Tarragona, se encontró un zulo con restos de resina de hachís. A partir de ese momento, se estableció el convencimiento de que los narcotraficantes recogían esta sustancia en Marruecos y la distribuían, con posterioridad, en distintos puntos del territorio español.

En un hangar de un aeródromo privado sito en Tomelloso se interceptó una avioneta tipo "Piper", dedicada a la fumigación, en cuyo interior se hallaron 245 kilos de resina de hachís ocutos en el depósito de líquido para fumigar.

La operación policial se ha saldado, finalmente, con la detención de Carlos S.C. y Mauro Antonio M.Q., en Tomelloso, y José María S.C. y Antonia E.C., en Roquetes (Tarragona).