La operación policial comenzó en los primeros días del mes de mayo, cuando se detectó que en determindas estaciones de ITV, de forma excesiva previamente a su matriculación, se habían presentado diferentes vehículos de lujo, en su mayoría de la marca Mercedes y BMW, procedentes de distintos países de la UE.

Este hecho levantó las sospechas de los investigadores, que procedieron a la revisión de un total de diez mil expedientes correspondientes a los años 1997 y 1998, lo que permitió detectar que diversas documentaciones (de los vehículos) eran falsas.

El "modus operandi" se iniciaba con el robo el vehículo, al que posteriormente se "maquillaba" alterando el número de bastidor y la retirada de cualquier seña característica que lo pudiera identificar.

Asimismo, se les dotaba de la correspondiente documentación falsa, que era rellenada con los datos que el vehículo presentaba una vez finalizada estas alteraciones. Una vez camuflada su procedencia, los vehículos eran importados a España mediante compraventas de nuestro país.

Estos vehículos, amparados con la documentación falsa, se presentaan a ITV para su matriculación en España. Una vez obtenida ésta, eran vendidos como vehículos de importación a personas ajenas a estos hechos.