Una circular de la Subdirección General de Personal de la Guardia Civil, a la que tuvo acceso Servimedia, concreta el modo de aplicación de la Ley Anti-tabaco en las instalaciones de la Benemérita, y establece un régimen más duro incluso que el vigente en las cárceles, donde los presos pueden comprar tabaco en los economatos de las prisiones y fumar en determinadas zonas.

La instrucción de la Guardia Civil establece la "prohibición total de fumar en todos los centros y dependencias de los acuartelamientos y edificios, excepto los dedicados a viviendas", y aclara que "no se podrán establecer zonas para fumadores, incluidas las cafeterías y restaurantes que se encuentren ubicadas en el interior de centros o dependencias anteriormente citados".

Además, impone la "prohibición de venta y suministro de productos de tabaco en los citados acuartelamientos" y tampoco permite "la colocación de máquinas expendedoras de productos de tabaco en dichos centros y dependencias".

Asimismo, los responsables de la Guardia Civil ordenan que no se deja abierta "la posibilidad de establecer pausas en la jornada diaria o períodos de descanso especiales para fumadores", una cuestión polémica a la hora de aplicar la ley.

AYUDA A LOS ADICTOS

La circular interna del Instituto Armado dice también que hay que señalizar la prohibición de fumar en todas las dependencias y retirar las máquinas expendedoras de los restaurantes, bares y cafeterías de los acuartelamientos, así como los ceniceros y objetos destinados a facilitar el consumo de tabaco.

Por otra parte, la Subdirección General de Personal de la Guardia Civil se compromete a informar al personal sobre los riesgos del tabaquismo y, "en la medida en que se posean medios", a prestar atención médica "al personal afectado por la adicción al tabaco".