LAS GUARDERIAS AFECTADAS POR LA EXPLOSION DEL COCHE-TRAMPA DE ETA RECUPERAN LA NORMALIDAD
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Las dos guarderías afectadas ayer por la explosión de un coche-trampa en la calle Walia de Madrid recuperan poco a poco la normalidad, según explicaron hoy a Servimedia las directoras de ambos centros infantiles.
Marta Vara, directora de la guardería "Miriam", aseguró a esta agencia que la jornada de hoy transcurre con relativa normalidad, aunque sólo han acudido cinco niños, ya que muchos padres optaron por no llevar a sus hijos ante los destrozos causados por la explosión y los cristales rotos que hay en algunas clases.
La directora de "Miriam", que restó importancia a los daños causados por la explosión, aseguró que esta jornada la dedicarán a reparar los desperfectos y que mañana el centro recuperará totalente la normalidad.
Vara explicó a Servimedia que en el momento de la explosión hicieron creer a los niños que estaban de fiesta y que salían de excursión y agregó que el hecho de reunirles a todos en una clase y no comenzar las actividades normales no sorprendió demasiado a los pequeños, de hasta 5 años.
"Alguno de los pequeños de cinco años preguntó '¿Marta, ha sido una bomba?', y todas contestamos a coro 'no, no, no, son cohetes del Retiro'", dijo.
Además, aseguró que pidió a los agentes e la policía, que acudieron a la guardería tras el aviso de explosión dejado por un individo en nombre de ETA a la Policía Local, que no intimidarán a los pequeños y que les buscarán la zona más segura del edificio.
Sin embargo, Vara dijo que los niños se mostraron más nerviosos cuando veían llorar a su padres o ante la presencia de las cámaras de televisión tras la explosión.
Por su parte, Tamara Capurro, directora de la guardería "Caballo Verde", también ubicada en la calle Walia, aseguró a Serimedia que los niños están hoy más "alteradillos, más llorones, pelean más y cuesta más centrarlos y realizar actividades con ellos".
No obstante, Capurro matizó que los niños que estuvieron ayer en la guardería vivieron la explosión con bastante calma y los que no vinieron se encuentran más alterados, debido a la información recibida por la televisión y de sus padres.
La directora de la guardería relató que cuando la policía irrumpió "violentamente" en el edificio con la intención de desalojarlo los niños se mostraron sorprendidos, "pero les dijimos que venían de visita".
Agregó, que una vez que fueron encerrados en un aula con varios agentes de la policía, los niños comenzaron a jugar, pero no entendían qué pasaba. "Les dijimos que había tormenta, que había habido un trueno. La policía también les comentó que podría haber un trueno más fuerte", dijo.
Tras la explosión, los niños, con edades de hasta 5 años, fueron separados por grupos y llevados a aulas distintas, donde siguieron jugano con tranquilidad, pero siempre con las persianas cerradas.
(SERVIMEDIA)
02 Jun 1994
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