El estudio pone de manifiesto que las investigaciones llevadas a cabo por la Policía a través de Internet desde 1999 ha culminado con operaciones en ciudades como Valladolid, Barcelona, Valencia y Madrid, entre otras, lo que ha llevado a estos colectivos a "una reducción" de sus actividades en la Red.

El Ejecutivo precisa que estos grupos carecen de estructura organizativa consolidada y sus acciones no responden a una estrategia definida.

"Al compartir una afinidad ideológica con partidos o movimientos vinculados a la extrema derecha, estas formaciones políticas, en ocasiones, se aprovechan de ellos en beneficio propio, pero sin que exista una participación directa de sus estructuras, al menos de forma oficial, en la programación de sus actividades", defiende el informe.

Explica el Gobierno que las unidades de información llevan a cabo "un exhaustivo seguimiento" de las actividades de estos grupos y de cuantas páginas web y publicaciones puedan ser utilizadas para fomentar conductas racistas.