El esándalo se conoció esta semana cuando un fiscal italiano inculpó a dos empresarios de ese país de realizar exportaciones ilegales de carne a varios países europeos, entre ellos España.

Para realizar este tipo de transacciones comerciales son necesarias licencias del GATT que, en este caso, habían sido falsificadas. Los tribunales italianos consideran que la falsificación de esos documentos requiere la colaboración de funcionarios del propio ministerio.

Comercio ha desmentido que tuviera conocimieno de estas actividades ilegales y ha ordenado la apertura de una investigación para desvelar quién o quiénes han sido los responsables de la trama.

Antes de que se conociera públicamente el caso, las autoridades judiciales italianas informaron al Gobierno español, que envió al país mediterráneo una representación para recabar información fidedigna sobre los hechos. En una primera valoración, el ministerio de Comercio y Turismo consideró "burda" la falsificación y descartó que algún funcionario de ese epartamentos hubiera participado en ella.