María Amate, representante del colegio ante el Consejo Escolar, aseguró a Servimedia que el futuro trayecto hasta el colegio Arroyofresno, de Fuencarral, requerirá un "mínimo de 40 minutos", y el camino de vuelta se realizará por la carretera de circunvalación M30, que consideran "demasiado peligrosa" para los niños.

Por esta razón, los padres, madres y alumnos permanecerán encerrados en el centro "hasta que nos eche la policía", según aseguró Amate, o hasta que la Consejería de Educación atienda sus peticiones.

El centro Palacio Valdés necesita ser reformado, y por esa razón el Ayuntamiento de Madrid aprobó el traslado al colegio de la capital Miguel Hernández. Pero el derrumbe del colegio Sagrado Corazón (Chamartín) precipitó el traslado de ese centro al Miguel Hernández, el colegio que debería corresponder a los alumnos del Palacio Valdés.

Los padres demandan que el traslado se posponga hasta que termine el presente curso escolar, y que se realice a un centro de similares características en el centro de Madrid.

Amate señaló a Servimedia, mientras los operarios de la mudanza realizaban el traslado de los enseres escolares, que la directiva y los docentes del centro Palacio Valdés se mantiene neutral en el conflicto.

Igualmente, denuncia que la adjudicación de la obra, que tiene prevista una duración de ocho meses, la realizó la Consejería de Educación el 3 de marzo, fecha en la que el Gobierno regional ya conocía la oposición de los padres y madres del centro Palacio Valdés.

Además, sostiene Amate, el centro Arroyofresno les ofrece 18 aulas, cuando ellos necesitan 20.

El colegio Palacio Valdés dice haber informado ya a la consejera de Educación, Lucía Figar, del encierro que comenzó hoy a las nueve de la mañana.