El doctor Roberto Figueras, neurocirujano de ambos centros sanitarios, explicó hoy en Madrid que el electrodo va concectado a un generador de impulsos, previamente programado e implantado bajo la piel cerca de la clavícla, que se enciende o apaga por medio de un imán.

Gracias a un marco estereotáxico, que se coloca en la cabeza al paciente, se obtienen tres coordenadas espaciales que deteminan el punto en el cerebro donde se originan los temblores, "aunque para confirmar el lugar donde se colocará el electrodo se realiza una resonancia magnética", dijo.

A través de un pequeño orficio, realizado con anestesia local, los cirujanos introducen el electrodo muy despacio para realizar un registro neuronal, que interpeta un experto en Neurofisiología. Una vez localizada la neurona responsable del temblor, se comprueba que es el punto afectado pidiendo al paciente que mueva el brazo o la mano.

"El electordo no daña el tejido cerebral y sus efectos son reversibles. Esto permitirá que si en un futuro se descubriese un fármaco con mejores propiedades se podría apagar el estimulador sin la menor secuela", dijo el doctor Fernando Marín Zarza, neurocirujano de la Clínica de Nuestra Señóra del Rosario.

La estancia enel hospital no requiere más de 24 a 48 horas y los resultados son inmediatos y se aprecia una mejoría de otros síntomas que padecen estos enfermos, como la rigidez o la acinesia (falta o pérdida de movimiento).