Aunque su producción cayó un 1,3 por ciento en ese periodo, la mejora de la hidraulicidad, que ha permitido una menor utilzación de los equipos térmicos, produjo estos mejores resultados. Los ingresos de explotación consolidados fueron de 393.033 millones, un 6 por ciento superiores a los de 1993.

El primer semestre se caracterizó para la empresa por la adquisición de Hidruña I, del 11,8 por ciento de Aguas de Barcelona y de Nansa, lo que le supuso un desembolso de 55.122 millones de pesetas.

Estas inversiones se realizaron con fondos generados en el semestre y con un incremento del endeudamiento en 53.420 millones.Adicionalmente, la consolidación de la deuda de Hidruña I y Terbesa aporta una deuda adicional de 71.295 millones.

Los beneficios de actividades ordinarias ascendieron a 108.677 millones, un 20,4 por ciento superiores a los del primer semestre del año pasado. Los resultados extraordinarios negativos fueron de 12.686 millones, frente a los 3.465 de 1993, como consecuencia de las mayores provisiones. Y los fondos generados alcanzaron los 129.634 millones, un 1,7 por ciento superiores.