En un comunicado, Greenpeace explica que el gas no es más que otra tapadera para la construcción de nuevas centrales térmicas, "máximas responsables de las emisiones de CO2 a la atmósfera, principales causantes del cambio climático".

Greenpeace asegura que el suministro de gas desde laPenínsula supondría la construcción de un gasoducto o de una estación regasificadora, "lo que en cualquiera de los dos casos ocasionaría un grave impacto económico y ambiental".

"A la hora de decidir el futuro energético, el Gobierno balear se olvida de las alternativas de energía limpia, por temor al bloqueo de GESA", declaró el responsable del proyecto "Greenpeace Solar", José Luis García Ortega.

"Los partidos políticos", agregó, "deberían discutir qué hacer para reducir el consumo de energía ycuánta se puede obtener de fuentes renovables, no perder el tiempo discutiendo variantes de una misma opción fósil", explicó.