Los ecologistas han denunciado que la Dirección General de Industria negó a esta organización una copia del resumen del estudio de impacto ambiental, contraviniendo la ley sobre derecho a la información en materia de medio ambiente.

Respecto al depósito para las cenizas resultantes de la incineración de los residuos, Greenpeace ha destacado su toxicidad, ya que aseguran que contendrán elevadas concentraciones de metales pesados como plomo, cadmio, cinc y cobre.

Además, mantiene que durante el proceso de incineración se generan dioxinas, sustancias cancerígeneas, a pesar de que estos compuestos no son tenidos en cuenta en el estudio de impacto.

Greenpeace también denuncia que el estudio no valora el impacto sobre la salud pública del depósito y que se pretende construirlo en un terreno permeable en el que existen dos acuíferos.