Esta iniciativa fue dada a conocer en el marco de la campaña para las elecciones locales y autonómicas del próximo 28 de mayo, cuyo inicio se producirá a las 0.00 horas de este viernes con la tradicional pegada de carteles.

“’T-lleva’ lleva a cualquier punto del territorio, en cualquier medio de transporte público, a un precio asequible para todo el mundo y evitando emisiones contaminantes innecesarias”, indicaron desde Greenpeace, que extenderá esa propuesta a los partidos que este año concurran a las elecciones generales.

El abono ‘T-lleva’ simplificaría las tarifas del transporte al permitir viajar por diferentes localidades, provincias, comunidades autónomas y zonas tarifarias. Consistiría en una sola tarjeta con tarifa plana para el transporte que permitiría usar todos los servicios disponibles, como autobús, tren, tranvía y cualquier otro medio de transporte público.

Así, facilitaría el cambio de medios de transporte contaminantes -como el coche o el avión- por otros más respetuosos con el medio ambiente. Por ejemplo, la misma tarjeta que se usa en Madrid podría utilizarse también para viajar a Sevilla y una vez allí, por su área metropolitana.

Este sistema permitiría articular y facilitar la cooperación entre las administraciones públicas titulares de los servicios y de las infraestructuras del transporte público, de manera que las personas perciban la red de transporte público como un único sistema integrado en las correspondencias, la coordinación del servicio y el sistema tarifario.

'BILLETES CLIMÁTICOS'

Los abonos únicos de transporte o ‘billetes climáticos’ ya son una realidad en otros países europeos, como Alemania, Austria o recientemente Hungría.

“Ya partimos de la reducción de tarifas del transporte público que se han realizado en este último año. Sabemos que los descuentos en el transporte público están funcionando, es el momento de pedir que se consoliden y que se conviertan en una medida permanente”, indicó Cristina Arjona, coordinadora de la campaña de movilidad de Greenpeace.

La propuesta de Greenpeace es que ‘T-lleva’ se podría financiar a corto plazo con los impuestos sobre los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles.

Sin embargo, a largo plazo, la eliminación gradual de las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente y un sistema tributario justo basado en las emisiones de CO2 ayudarían a financiar el transporte público, con impuestos sobre el queroseno y sobre emisiones de lujo como jets privados, yates y automóviles de lujo, así como la introducción del IVA en los billetes de vuelos internacionales, un impuesto general sobre todas las emisiones de CO2 fósil.

“No debemos olvidar que medidas como la reducción de 20 céntimos en el precio final de los hidrocarburos costaron casi 5.000 millones de euros, y gracias a esta medida se benefició a las rentas más altas y a las empresas petroleras. Sin olvidar que subvencionar combustibles fósiles va en sentido contrario a cualquier política que pretenda luchar contra el cambio climático”, recalcó Arjona.

No obstante, Greenpeace subrayó que el abono único de transporte no es la única solución contra las emisiones en un contexto de emergencia climática como el actual, pero sí una solución muy efectiva de aplicar por parte de las administraciones.