Laura Silvani, portavoz de Greenpeace, afirmó que "no tiene sentido que por un lado nuestro país se posicione claramente en contra de las redes de deriva y en apoyo de sistemas de pesca más selectivos, si por otro se compra el pescado capturado con las artes que se denuncian". Por esta razón, en la misma carta enviada hoy la organización ecologista pide también al sector conservero español que se comprometa a apoyar a la flota bonitera española, y se pronuncie a favor de la prohibición total de las redes pelágicas de deriva, que podría discutirse en el Consejo de Ministros del próximo 26 de octubre.

En 1994, varias empresas conserveras españolas importaron de Francia, Irlanda y Reino Unido un total de 2.661 toneladas, de las que 2.143 procedían de Francia, que supone qu las importaciones procedenetes del país vecino corresponden al 45 por ciento del total de las capturas realizadas por las flotas francesas.

La decisión de Greenpeace de enviar esta carta se debe a que las flotas francesas, irlandesas y británicas continuan capturando bonito del norte con redes de deriva, que presentan un elevado coste medioambiental, social y económico, así como graves repercusiones sobre la actividad de la flota bonitera cantábrica.

El año pasado, las capturas de bonito por pare de las flotas comunitarias fueron de 6.031 toneladas, repartidas en 3.967 toneladas para Francia, 2.500 para Irlanda y 564 para el Reino Unido. Además, Francia capturó otras 1.967 toneladas con arrastre pelágico, otra de las artes de pesca perjudicial para el ecosistema marino.