El pasado mes de septiembre, la Agencia de Medio Ambiente de Estados Unidos presentó un informe sobre dioxinas que concluye que estas sustancias son cancerígeneas y pueden ocasionar otros efectos en los seres humanos, como alteraciones en el desarrollo y en la reproducción, disminución de las defensas del organismo y cambios en la regulación hormonal.

Las actividades que provocan la emisión de dioxinas son la incineración de residuos, las instalaciones productoras de pasta y papel y l proceso de fabricación de productos clorados como el PVC, los disolventes y los plaguicidas, entre otros.

Según Oliva Núñez, responsable de Salud y Medio Ambiente de Greenpeace, "existen suficientes evidencias del riesgo sanitario y ambiental de las dioxinas. Por ello, es necesario que el Ministerio de Sanidad tome medidas para que se evite la generación de estas sustancias y así prevenir sus efectos sobre la salud pública y el medio ambiente".

El presidente de la organización ecologista, Xavie Pastor, ha trasladado esta preocupación a la ministra Angeles Amador a través de una carta en la solicita que se investiguen los efectos de las dioxinas sobre los españoles, ante "la poca o nula información que existe al respecto en España", según indica en la misiva.

Asimismo, Greenpeace ha remitido a la ministra de Sanidad y Consumo el informe "Objetivo: nivel cero de dioxinas. Una estrategia de urgencia para la eliminación progresiva de las dioxinas", preparado por el equipo científico de la organzación ecologista en la Universidad de Exeter.