En un comunicado, Greenpeace añade que los vecinos afectados (cerca de 4.000 personas de los pueblos de Santaliestra, Pedarrúa y Graus) se han opuesto a la construcción del pantano y que este caso está recurrido ante la justicia por la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (COAGRET).

Según Greenpeace, esta obra hidráulica supone un "evidente impacto socal y ambiental", así como graves problemas de seguridad, pues estudios de las universidades de Zaragoza y Barcelona e incluso de los expertos del Ministerio de Medio Ambiente han diagnosticado serios riesgos de corrimiento de materiales desde las lomas sobre las que descansaría la presa hasta su vaso.

"Es inaceptable e incongruente que se pretenda realizar otro peligroso pantano cuando, por otra parte, se intenta sobreseer el caso de Biescas, con 87 víctimas mortales, y se ignora que presas como éstala de Itoiz son inestables y pueden generar una nueva catástrofe", subrayó Xabier Pastor, director Ejecutivo de Greenpeace.