Según afirma la organización ecologista en un comunicado, en mayo de 2001 la inobservancia de las normas de seguridad y la utilización de procedimientos no vigentes durante la realización de diversas maniobras provocaron la superación del límite de tiempo establecido en las normas de seguridad para que las válvulas permaneciesen abiertas.

Laapertura de las válvulas por un tiempo superior al permitido puede ocasionar, agrega Greenpeace, un escape de productos radiactivos, motivo por el que la apertura está estrictamente limitada por una serie de normas.

Durante una inspección del CSN, en octubre de 2001, se descubrió que ninguna de las 26 válvulas, manuales y de accionamiento local, estaba protegida por cadenas y candados, a pesar de que así lo establece el Estudio Final de Seguridad (EFS) de la central nuclear de Zorita, añade la organizción ecologista.

Además, el personal de la central nuclear no estaba al corriente del procedimiento a seguir en la apertura de las válvulas, lo que provocó que estas quedasen abiertas más tiempo del permitido.

A juicio de Greenpeace, el informe demostraba la falta de preparación del personal de Zorita y la falta de compromiso de Unión Fenosa -compañía a la que pertenece la central nuclear- con la seguridad.