Según el boletín "Nucleonics Week", a NRC ha aumentado su nivel de exigencia sobre medidas de seguridad en nueve centrales norteamericanas, como consecuencia de los fallos detectados en el recipiente que contiene el núcleo del reactor, denominado barrilete.

Garoña se encuentra, junto a la central de Muehleberg (Suiza), la de Quinshan-2 (Taiwan) y las nueve americanas, incluida en la lista de la NRC de doce centrales de sistema de agua en ebullición en cuyos barriletes se han encontrado grietas que pueden provocar una situación grave.

Las grietas, debidas a la corrosión intergranular, tienen poca importancia para la seguridad, según la NRC, pero podrían conducir al desplazamiento del barrilete, de forma que las barras de control, encargadas de impedir una reacción nuclear en cadena, podrían no poder introducirse en la vasija a través de los orificios destinados a ello.

SEGURIDAD CUESTIONADA

William Russell, director del Departamento de Regulación de Reactores Nucleares de la NRC declara en el citado boletín que "si lo que estams buscando es que la alineación de las barras de control esté asegurada en el rango de un octavo de pulgada (0,32 centímetros), y ahora puede darse un desplazamiento de una pulgada completa (2,54 centímetros), cabe preguntarse sí deben estas centrales seguir funcionando".

En Estados Unidos, la NRC se ha planteado extremar el control y, en su caso, determinar el cierre de alguna de las centrales incluidas en la lista de las doce conflictivas, pero no tiene autoridad para hacer lo mismo con respecto a ls tres que no están en territorio norteamericano.

Por ello, Greenpeace ha solicitado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que proceda con igual dureza con respecto a Garoña y decidan el cierre urgente.

Por su parte, fuentes del órgano regulador español consultadas por Servimedia se remitieron al informe que realizaron el pasado mes de junio, en el que señalaban que las grietas detectadas no representan un peligro para la seguridad de la central.

Las mismas fuentes señalaron a esta agencia qe se mantienen en contacto con el NRC y con otros organismos homólogos de todo el mundo para realizar una política uniforme. "Por lo tanto, si los americanos deciden finalmente intensificar la vigilancia, nosotros haremos lo mismo", aseguraron.

PROXIMA A LA JUBILACION

La central de Garoña, gestionada por la empresa Nuclenor, en la que participan a partes iguales Iberdrola y Electra del Viesgo, entró en funcionamiento en 1970, por lo que está próxima a los 25 años de vida, período tras el que el NRC stá decretando el cierre de las centrales en Estados Unidos.

En el caso de Garoña, sus propietarios realizaron la última parada de recarga y revisión el mes de febrero pasado (fue cuando se detectaron las grietas), por lo que la siguiente parada no tendrá lugar hasta diciembre de 1996.

Sin embargo, los ecologistas han solicitado la suspensión inmediata del funcionamiento de la central, por considerar que "su operación es peligrosa por la elevada susceptibilidad al agrietamiento de sus penetracions y por las consecuencias que un desplazamiento del barrilete podría desencadenar".