Para los conservacionistas, "es muy probable que la directiva popuesta se convierta en un obstáculo en la marcha para reducir las montañas de embalajes a proporciones aceptables".

Según Greenpeace, aunque el texto original contemplaba una reducción de 50,5 millones de toneladas de residuos de embalaje anuales, la presión que han ejercido las industrias del sector ha motivado la desaparición de los compromisos de disminución de la producción que contemplaba el documento.

Por el contrario, mantienen que la propuesta actual sólo adquiere el compromiso de recupear, en el año 2005, el 90 por ciento de los desechos de embalaje de la CE, de los cuales el 60 por ciento deberá ser sometido a algún proceso de reciclaje.

"También han sido eliminadas", agregan, "durante el proceso del borrador las medidas de prevención cualitativas para reducir la presencia de metales pesados nocivos y otras sustancias tóxicas, en particular sustancias organocloradas, en estos residuos".

Además, la organización conservacionista asegura que la futura directiva considera la incinración como un sistema válido para reducir el impacto de estas basuras.

Por ello, Greenpeace insiste en que la propuesta de la CE es, en muchos aspectos, "considerablemente más débil que lo que voluntariamente" ha acordado algún Gobierno comunitario, como el holandés.

Como solución, han solicitado a las autoridades comunitarias que fomenten iniciativas legislativa en las que se considere prioritaria la prevención y la reducción en origen.