Con este acto, Greenpeace quiere denunciar la "mala gestión continua" de la pesquería de atún rojo del Atlántico este y del Mediterráneo que, en su opinión, "está llevando a la extinción comercial de la especie".

Para la ONG, Francia "está utilizando" su actual presidencia de la Unión Europea para hacer "que la posición de la UE sea favorable a los intereses a corto plazo de la industria", frente a la necesidad de "salvar al atún rojo del colapso".

En el marco de la reunión de la Cicaa, Greenpeace pide el cierre "inmediato" de la pesquería del atún rojo, "hasta que se hayan establecido reservas marinas para proteger todas las zonas de desove de la especie, la capacidad de la flota se haya reducido a niveles sostenibles o se adopte un nuevo plan de gestión acorde con la recomendación científica", y sea "totalmente respetado".

"Si durante esta semana no se toman medidas serias, los países que son miembros de la Cicaa serán los responsables de gestionar el colapso de una de las pesquerías más importantes y rentables de nuestro tiempo y la destrucción del modo de vida de los pescadores de la región", avisa Sebastián Losada, responsable campaña de Océanos de Greenpeace, que estos días se encuentra en Marrakech.

WWF/Adena también asiste a la reunión como observador en una delegación de varios miembros con el objetivo de "influir" en las negociaciones que allí se van a producir. Cerrar la pesquería de atún rojo hasta que se encuentre bajo control, establecer un "auténtico plan de recuperación" y reducir el periodo de pesca son algunas de las reivindicaciones de la organización.

Según WWF/Adena, durante 2008 "se ha seguido practicando una pesca ilegal masiva" de atún rojo. "La flota industrial parece haberse lanzado a la captura del último atún del Mediterráneo, incumpliendo año tras año las medidas establecidas", protesta en un comunicado.

Además, denuncia "ilegalidades" como el uso de avionetas para localizar los bancos de atún, la realización de trasbordos en alta mar para la pesca de estos ejemplares.