GREENPEACE IRRUMPE EN LAS OBRAS DE LA CENTRAL TERMICA DE GRANADILLA (TENERIFE) PARA EXIGIR LA PARALIZACION DEL PROYECTO
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Voluntarios de la organización eologista internacional Greenpeace y miembros de la tripulación del buque Rainbow Warrior irrumpieron esta mañana en las obras de la central térmica de Granadilla (Tenerife), para exigir a la compañía eléctrica Unelco que abandone definitivamente su construcción, por ser "ilegal, innecesaria y altamente contaminante".
A primeras horas de la tarde, trece ecologistas de Greenpeace desplegaron una pancarta frente a la central térmica de Granadilla en la que se leía: "Unelco: No más térmicas".
En opinón de José Luis García Ortega, responsable de la campaña "Energía Limpia", de Greenpeace España, "Unelco debe detener estas obras irracionales, ya que estas centrales térmicas son fábricas de cambio climático, son ilegales y son innecesarias".
Según Greenpeace, si Unelco, compañía del Grupo Endesa, consigue llevar a término sus propósitos, las centrales térmicas que construye en Granadilla (Tenerife) y Barranco de Tirajana tendrán una potencia de 995 y 1011 Mw respectivamente, y emitirán 8 millones detoneladas de CO2 al año, duplicando las de todas las centrales actuales de Canarias juntas.
Greenpeace presentó recientemente una denuncia en el Tribunal Europeo de Justicia contra la Comisión Europea, por estar financiando ilegalmente estas centrales térmicas a través de los fondos FEDER, en contra de la política comunitaria en materia mediambiental, que obliga a reducir las emisiones de CO2.
Greenpeace sostiene que todas las autorizaciones concedidas por la adminsitración canaria a estas centraes son nulas de pleno derecho, por haberse comenzado a construir sin Estudio de Impacto Ambiental. Ello ha motivado la presentación de una acción de nulidad que el Gobierno canario tiene que resolver.
A juicio de José Luis García Ortega, "el Gobierno canario sabe que estas centrales se construyen ilegalmente. Si no anula todos los permisos, será considerado el principal responsable de esa ilegalidad".
Para Greenpeace, estas centrales no son necesarias, pues la demanda energética real es mucho menr de la prevista cuando se decidió su construcción.
(SERVIMEDIA)
15 Abr 1994
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