Según Greenpeace, "mientras representantes de 39 países discuten esta semana en Madrid el futuro de la Antártida, la destrucción de la capa de ozono sobre el continente blanco continúa or la irresponsabilidad de esas empresas químicas".

Los ecologistas han enviado cartas a los directores ejecutivos de Du Pont y Allied Signal, en Estados Unidos; ICI, en el Reino Unido, y Hoechst y Kali-Chemie, en Alemania, cinco de las mayores multinacionales cuyos productos destruyen la capa de ozono que protege a la Tierra frente a las radiaciones solares dañinas. Las dos empresas alemanas tienen también plantas de producción de tales sustancias en España.

La demanda surge, según fuentes de Grenpeace, tras la prueba proporcionada al Congreso norteamericano el 16 de abril pasado. En el informe, el profesor F. Sherwood Rowland, primer científico que publicó el mecanismo de destrucción del ozono en 1974, indica que la destrucción de esta capa protectora es del 2 al 3 por ciento mayor que los descubrimientos de la NASA, revelados el 4 de abril.

200.000 MUERTOS EN EE.UU.

Según Sherwood Rowland, aproximadamente el 10 por ciento de la capa de ozono existente sobre el hemisferio norte se ha destuido desde 1969. Esta circunstancia provocará la muerte durante los próximos 50 años, sólo en Estados Unidos, de unas 200.000 personas afectadas por cáncer de piel.

A juicio del portavoz de Greenpeace Internacional, Andrew Kerr, "el alcance de la destrucción de la capa de ozono ha sido completamente subestimado. Estos nuevos descubrimientos desacreditan totalmente el Protocolo de Montreal y sus dos intentos fallidos de gestionar este problema, en vez de eliminar urgentemente su fuente".

"La culpade la destrucción de la capa de ozono cae justamente sobre los hombros de los pocos directores ejecutivos cuyas compañías persisten en fabricar compuestos químicos destructores del ozono", continuó Kerr. "La suerte de la capa de ozono y la cifra resultante de muertes depende de ellos. Si tienen algún aprecio por la vida humana y el medio ambiente ordenarán un fin a la producción".

En sus cartas a las multinacionales químicas, Greenpeace demanda:

-La inmediata parada de los CFCs (clorofluorocarbons), halones, tetracloruro de carbono y metil-cloroformo, que deben ser abandonados bajo el "desacreditado" Protocolo de Montreal.

-El fin de la producción de todos los demás compuestos químicos destructores del ozono no contemplados en el Protocolo de Montreal (sustitutos de los CFCs, como los HCFCs, que también tienen capacidad de destruir el ozono).

-La publicación de todos los datos sobre producción y comercio hasta hoy de compuestos destructores del ozono, "que han sido mantenidos en secreto ajo el disfraz de la confidencialidad comercial".