Según el presidente de Greenpeace-España, Xavier Pastor, a bordo del 'Rainbow Warrior' "a raíz de la prohibición de 1990, la Administración ofreció compensaciones económicas alos barcos que pescaban con redes de deriva. A pesar de ello, durante los últimos cuatro años, este arte de pesca se ha seguido utilizando ilegalmente en el estrecho de Gibraltar".

Greenpeace solicita que los barcos pesqueros de Algeciras reconsideren su postura y abandonen inmediatamente las destructivas redes ilegales, empleando en su lugar artes de pesca más selectivos que permitan la conservación a largo plazo de los recursos, así como la subsistencia del sector pesquero de la zona.

A este repecto, la Federación Nacional de Cofradias de Pescadores, así como representantes del sector del Cantábrico, han solicitado igualmente a la flota de Algeciras que abandone el uso ilegal de redes de deriva.

"Las declaraciones realizada ayer por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Atienza, sólo sirven para sembrar confusión", señaló Pastor, que subrayó que "el uso de redes de deriva para la captura del pez espada está completamente prohibido desde 1990 por la legislación española, y e obligación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación hacerlo saber a la opinión pública y garantizar el cumplimiento de la normativa pesquera".

"Efectivamente no somos la policía del mar pero si la ley se hubiera hecho cumplir a tiempo, Greenpeace no hubiera considerado necesario intervenir en las aguas del Estrecho", añadió Pastor.

Los ecologistas consideran que el Gobierno español está perdiendo toda credibilidd para defender en Bruselas, el próximo 28 de septiembre; la eliminación d las volantas, al permitir la existencia de una flota ilegal en su propio país.

Existen numerosos estudios que demuestran que las redes de deriva constituyen un sistema de pesca no selectivo y despilfarrador. Los datos existentes indican que la flota italiana, por ejemplo, devuelve al mar muertos más del 80 por ciento de sus capturas.