Las obras de construcción del dique de abrigo y relleno de la bahía de la Albufereta, efectuados en 1991 y que quedaron paralizadas posteriormente, se realizaron con el más absoluto desprecio por el fondo marino, la calidad de las aguas costeras y las playas existentes en la zona, según denuncia la organización ecologista.

Como resultado, los fondos de la bahía quedaron sepltados por piedras y hormigón, y desapareció completamente especies como los "alguers" de posidonia oaceánica, planta protegida por la Comunidad Valenciana por su altísima productividad y riqueza ecológica.

La propia Consellería de Medio Ambiente valenciana ha mantenido que la construcción del puerto deportivo causaría un grave aumento de la contaminación de las aguas de toda la bahía, ya que bloquearía la circulación de las corrientes marinas y concentraría los vertidos de las aguas fecales, informanlas mismas fuentes.

Además, el puerto reduciría drásticamente el aporte de arenas a las playas de la bahía, lo que contribuiría a hacerla desaparecer.

Greenpeace mantiene que "bajo la burda excusa de la antigüedad de la concesión, el promotor de Puertoamor ha hecho caso omiso de los daños sociales y ambientales que ha ocasionado".