Según esta organización, estas prácticas se produjeron durante dos meses del año 2000 y en marzo de 2003, lo que demuestra, a su juicio, que "es una práctica habitual en la depuradora de La China".

Esta instalación trata actualmente 3,3 metros cúbicos por segundo de aguas residuales correspondientes a once distritos de Madrid (Centro, Arganzuela, Retiro, Salamanca, Chamartín, Moncloa, Puente de Vallecas, Moratalaz, Ciudad Lineal, Tetuán y Chamberí).

La organización ecologista anunció que está valorando si remite esta información al fiscal encargado de estas cuestiones"por si fuera constitutiva de delito contra la salud pública y el medio ambiente". Asegura que dispone de fotos que demuestran estas prácticas.

Greenpeace apunta al Ayuntamiento de Madrid como responsable de esta situación "por la falta de control de sus plantas depuradoras". Esta organización recuerda que, como propietario de la instalación, el consistorio tiene la obligación de supervisar las actividades de las empresas que gestionan sus depuradoras".