Según los datos recogidos por esta organización, en 1979 se capturaron en todo el Mediterráneo 52.003 atunes jóvenes, cuyo peso no sobrepasaba los 6,4 kilos, y en 1991 esta cifra aumentó hasta los 302.365 ejemplares.

Algo similar ocurre con el pez espada, ya que Greenpeace calcula que las flotas que operan en estas aguas pescan cada aaño entre 60.000 y 100.000 ejemplares inmaduros de esta especie.

Ricardo Aguilar, portavoz de Greenpace, declaró hoy en rueda de prensa que La sobreexplotación de los recursos marinos y el incumpliento de las legislaciones internacionales está provocando que el tamaño de las poblaciones mediterráneas de atún rojo y pez espada esté disminuyendo.

La organización ecologista culpa de esta situación a la actitud permisiva de los gobiernos, los barcos con banderas de conveniencia y las artes de pesca que utilizan algunas flotas y que, en determinados casos, son ilegales.

Assumpta Gual, de Greenpeace,señaló que este año están navegando en las inmediaciones de las islas Baleares y el litoral español buques italianos que usan redes prohibidas de hasta 20 kilómetros de longitud y siguen a los atunes en su migración para capturarlos masivamente durante la época de puesta (de junio a agosto).

ARTES NO SELECTIVAS

Durante las últimas semanas han aparecido en las costas de Mallorca, Menorca y Tarragona los cadáveres de siete cachalotes y dos delfines.

Además, otras prácticas pesqueras legales causa impactos importantes en el ecosistema marino. Según los conservacionistas, durante estos meses la flota española de palangre de superficie atrapa entre 20.000 y 30.000 tortugas marinas, a pesar de que no son el objetivo de estos barcos.

La Convención de Pesca del Mediterráneo que propone Greenpeace debería aumentar las sanciones por incumplimiento de las legislaciones internacionales y nacionales, impedir la comercialización de los ejemplares inmaduros y crear un organismo internacional capacitado paa sancionar a los infractores.